ANTROPOLOGÍA DEL DISEÑO
ANTROPOLOGÍA DEL DISEÑO
MI OBJETO: LA VELA
Vinculación personal
Desde siempre he sentido una conexión especial con las velas. Me resultan acogedoras, cálidas y evocadoras. Comencé a usarlas cuando estudiaba, ya que encender una vela transformaba el ambiente de mi habitación: la luz se volvía más suave, el olor más agradable y todo parecía calmarse. Esa sensación de refugio y serenidad se convirtió en una especie de ritual diario. Con el tiempo, las velas pasaron a formar parte de mi espacio de trabajo: ahora que soy freelance y paso muchas horas en casa, encender una vela marca el inicio de mi jornada, creando un entorno tranquilo y concentrado.
Mis favoritas son las velas con mecha de madera, que crepitan como si fueran una pequeña chimenea. Además de su sonido, elijo velas elaboradas con cera de soja, por ser naturales, sostenibles y menos contaminantes que las de parafina. En los últimos años incluso he empezado a hacerlas yo misma, eligiendo los aromas, los recipientes y los colores, lo que añade una dimensión creativa y afectiva al objeto. Cada vela que fabrico es una pequeña extensión de mi personalidad y de mi forma de entender el bienestar cotidiano. Como señala Sennett (2009), el trabajo artesanal refuerza la conexión entre el hacer manual y la identidad personal.
Análisis formal y funcional
Formalmente, la vela es un objeto sencillo: un cuerpo sólido de cera con una mecha central que, al arder, produce luz y calor. Sin embargo, en su aparente simplicidad reúne varios elementos de diseño: forma, material, color, aroma, textura y sonido, todos orientados a generar una experiencia sensorial completa. Su función práctica original era iluminar, pero en la actualidad su valor se ha desplazado hacia lo simbólico y emocional: crea atmósferas, estimula la memoria olfativa, acompaña momentos de intimidad o meditación y aporta identidad al hogar.
La “necesidad universal” que cubre la vela ha pasado de ser la de la luz a la de confort emocional, belleza y bienestar. Tal como señala Miller (2008), los objetos cotidianos no solo satisfacen necesidades prácticas, sino que también configuran nuestra identidad y nuestras emociones dentro del hogar.
Análisis cultural y simbólico
A lo largo de la historia y en distintas culturas, las velas han tenido un papel fundamental como objeto ritual, simbólico y social. Su presencia es universal, aunque con matices según la época y el contexto. Como indica Appadurai (1986), los objetos adquieren significados a través de su circulación social y su uso simbólico, lo que explica por qué una vela puede representar tanto lo sagrado como lo cotidiano.
En el mundo antiguo, ya existían formas de iluminación semejantes: los egipcios y romanos utilizaban antorchas o lámparas de grasa animal. Las velas de cera aparecieron en Europa hacia la Edad Media, asociadas primero al ámbito religioso —iluminando iglesias, procesiones y altares— y luego al doméstico. En el cristianismo, simbolizan la presencia divina y la esperanza; en el hinduismo y el budismo, representan la sabiduría espiritual y la iluminación interior. En México, durante el Día de Muertos, guían a las almas; en Japón, las velas se emplean en rituales de té y ofrendas (ohaka-mairi); y en los países nórdicos, son un elemento esencial del estilo hygge, vinculado al bienestar y al calor del hogar.
En la cultura occidental contemporánea, las velas han adquirido nuevos significados sociales. Se usan en cumpleaños, donde simbolizan los deseos y el paso del tiempo; en bodas y funerales, donde representan la continuidad y la memoria; en rituales espirituales o esotéricos, para canalizar intenciones o energías; en espacios de relajación como spas o centros de yoga, asociadas a la calma y la conexión interior; y en el ámbito doméstico, como elemento decorativo y sensorial.
Hoy, encender una vela puede ser un acto de autocuidado o introspección, adaptado a nuevas prácticas sociales como el mindfulness o el slow living, reflejando valores contemporáneos de calma y sostenibilidad. Desde la perspectiva de la cultura material, los objetos encarnan las creencias y sensibilidades de quienes los producen y utilizan (Prown, 1982), de modo que la vela expresa tanto una búsqueda espiritual como un ideal estético y emocional propio de nuestro tiempo.
Por otro lado, hacer mis propias velas se inscribe dentro de una tendencia cultural más amplia: el movimiento “hazlo tú mismo” (DIY), que reivindica la creatividad manual frente a la producción industrial. Así, la vela encarna tanto una función simbólica (refugio, calma, espiritualidad) como una dimensión cultural que habla de los modos de vida actuales y de los valores de una generación que busca belleza y equilibrio en lo cotidiano.
Diseño y antropología: una reflexión
La relación entre diseño y antropología se hace evidente en objetos como la vela, donde la forma y la función se entrelazan con los significados culturales. La antropología nos ayuda a comprender que el diseño no solo produce objetos útiles, sino también símbolos cargados de identidad, memoria y emoción colectiva (Baudrillard, 2009). La vela, en sus distintas versiones históricas y culturales, es un claro ejemplo de cómo un mismo objeto puede adoptar múltiples sentidos simbólicos según el contexto.
Desde la mirada del diseño, la vela ha evolucionado adaptándose a los modos de vida y sensibilidades de cada época: de herramienta de iluminación a objeto decorativo, espiritual o terapéutico. Esta capacidad de transformación demuestra cómo el diseño se nutre de la cultura, y cómo la cultura se materializa en los objetos (Attfield, 2000; UOC, 2024).
Conclusión
Mi vínculo con las velas trasciende su aspecto estético o funcional. Representan un acto cotidiano de cuidado y conexión personal, un pequeño gesto que transforma el entorno y el estado de ánimo. Al analizarlas desde la antropología del diseño, comprendo que este objeto no solo habla de mí, sino también de mi tiempo y mi cultura: de una generación que busca calma, sostenibilidad y belleza en lo cotidiano. La vela, es testimonio de cómo el diseño puede iluminar no solo espacios, sino también significados.
Bibliografía (formato APA 7ª edición)
Appadurai, A. (1986). The Social Life of Things: Commodities in Cultural Perspective. Cambridge University Press.
Attfield, J. (2000). Wild Things: The Material Culture of Everyday Life. Berg Publishers.
Baudrillard, J. (2009). El sistema de los objetos. Siglo XXI Editores.
Csikszentmihalyi, M., & Rochberg-Halton, E. (1981). The Meaning of Things: Domestic Symbols and the Self. Cambridge University Press.
Miller, D. (2008). The Comfort of Things. Polity Press.
Prown, J. D. (1982). Mind in Matter: An Introduction to Material Culture Theory and Method. Winterthur Portfolio, 17(1), 1–19
Sennett, R. (2009). El artesano. Anagrama.
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