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Brau: de objeto de juego a objeto de memoria

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Brau: de objeto de juego a objeto de memoria

1. Biografía de un vínculo Hace más de veinte años adopté a Braulio, un perro herido que encontré en la carretera al…
1. Biografía de un vínculo Hace más de veinte años adopté a Braulio, un perro herido que encontré en…

1. Biografía de un vínculo

Hace más de veinte años adopté a Braulio, un perro herido que encontré en la carretera al llegar a Barcelona. Fue mi compañero de vida. Un amigo en Berlín le regaló un pequeño perro de peluche, blando y simpático, que pronto se convirtió en su juguete favorito. En uno de sus juegos le arrancó una oreja, y ahí empezó su historia.

Años más tarde, al preparar un viaje largo, decidí llevarme el peluche conmigo. Lo fotografié en distintos lugares, casi como si Braulio siguiera a mi lado. Cuando él murió, el peluche perdió su función de juguete y pasó a tener otra: convertirse en recuerdo. Lo rebauticé como Brau, y desde entonces viaja conmigo a todas partes.

Braulio, 2003
Braulio, 2003

2. De juguete infantil a compañero simbólico

Brau fue creado como un peluche para niños, hecho para ofrecer ternura y compañía. Pero en mi caso, su recorrido fue distinto. Pasó de las manos humanas a las patas de un perro, y después a mis propias manos como símbolo de vínculo y memoria.

Esa transformación resume lo que me interesa del diseño: cómo los objetos cambian de significado según quién los use y en qué momento de su vida. Brau nació como un objeto lúdico y acabó siendo un mediador emocional, una presencia pequeña pero cargada de historia.

Brau tomando café Osaka, 2009

3. El valor del desgaste

Brau tiene una oreja menos, las costuras torcidas y la tela desgastada. Y precisamente ahí está su valor. Cada marca cuenta algo. No lo he querido reparar nunca porque esas huellas son parte de su identidad y de la mía.

Con los años entendí que Brau es lo que Winnicott llamó un objeto transicional: algo que nos ayuda a conectar con la ausencia, a sostener el recuerdo. Fotografiarlo en mis viajes es mi forma de ritualizar la memoria, de mantener vivo el vínculo con Braulio. Es un gesto íntimo, casi inconsciente, pero lleno de sentido.


4. Una historia que conecta con otras

Mi historia con Brau no es tan distinta de otras formas de relación con los objetos. En Japón existe el ritual Ningyō Kuyō, donde las muñecas viejas se despiden con una ceremonia. En América Latina hay proyectos como Sigo Contigoo Angels Value, que crean peluches con ropa de personas fallecidas. En todos los casos, el objeto se convierte en una forma de mantener vivo lo que ya no está.


5. El diseño que sigue vivo

Me gusta pensar que el diseño de Brau no cambió, pero su significado sí. El peluche sigue siendo el mismo, pero lo que representa ahora es totalmente distinto. Como dice Ton Otto, los objetos también generan conocimiento a través de la experiencia. Y es verdad: Brau me ha enseñado más sobre el valor emocional del diseño que cualquier teoría.

También me gusta recordar a Margarete Steiff, la creadora del primer peluche moderno en el siglo XIX. Sus animales de fieltro nacieron para acompañar a los niños, y me parece curioso que el mío, de origen alemán, haya acabado cumpliendo esa misma función, pero conmigo.

Margarete Steiff, la costurera alemana que se convirtió en la pionera en la fabricación del primer peluche moderno

6. Conclusión

Brau ha pasado de ser un peluche infantil a un compañero de vida. Un objeto que ha viajado conmigo, que ha sido testigo de pérdidas, de cambios y de etapas. Me recuerda que los objetos no solo sirven para algo: también nos acompañan, nos conectan con el pasado y nos ayudan a entender quiénes somos.

Este ejercicio me ha hecho ver que el diseño más importante no siempre está en lo nuevo o lo funcional, sino en su capacidad para generar vínculo. Brau, con su oreja rota y su historia encima, es la prueba de que el diseño más humano a veces se esconde en lo más sencillo.

Galería de Brau

Referencias

Debate2en Brau: de objeto de juego a objeto de memoria

  1. Maria del Carmen Moreira Barbeito says:

    Hola Justo!!! Soy Carmen, encantada!!!
    Tu historia sobre Brau me ha parecido super tierna. Me encanta cómo muestras que los objetos pueden transformarse a lo largo del tiempo y adquirir nuevos significados según nuestras experiencias vitales. La idea de que el peluche haya pasado de ser un simple juguete a un mediador emocional me parece muy tierna y conecta perfectamente con el concepto antropológico de “objeto transicional” de Winnicott, que mencionas.
    También me resultó muy interesante cómo vinculas esta experiencia personal con ejemplos culturales como el Ningyō Kuyō en Japón o los proyectos latinoamericanos de memoria. Eso refuerza la idea de que los objetos no solo son materiales, sino contenedores de afecto, duelo y continuidad emocional.
    Tu reflexión final sobre el diseño “más humano” me parece una síntesis preciosa: «a veces lo más valioso no es lo nuevo ni lo perfecto, sino lo que guarda historia y conexión». Gracias por compartir una historia tan íntima y universal a la vez! Me ha encantado
    Un saludo,Carmen Moreira

    1. Justo Nieto Armuña says:

      Gracias Carmen por tu mensaje y por cómo has entendido lo que hay detrás de la historia de Brau.Me interesaba mostrar cómo los objetos pueden transformarse con el tiempo y volverse parte de nuestra vida emocional. El concepto de “objeto transicional” me ayudó mucho a darle sentido a eso.También me pareció interesante conectar con otras culturas, como el Ningyō Kuyō, donde ese vínculo con los objetos se vive de una forma tan simbólica.Gracias de nuevo por tu lectura y por tus palabras llenas de sensibilidad.
      Un abrazo,Justo

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ANTROPOLOGÍA DEL DISEÑO

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OBJETO ESCOGIDO: Mohcila Vinculación personal: recuerdos, emociones y afectos Mi relación con esta mochila es afectiva y ritual. La primera vez que…
OBJETO ESCOGIDO: Mohcila Vinculación personal: recuerdos, emociones y afectos Mi relación con esta mochila es afectiva y ritual. La…

OBJETO ESCOGIDO: Mohcila

  1. Vinculación personal: recuerdos, emociones y afectos

Mi relación con esta mochila es afectiva y ritual. La primera vez que la compré fue en una etapa de adolescencia (se podría considerar mi periodo de construcción de identidad) y desde entonces ha sido un elemento presente en episodios escolares, viajes cortos, deporte y momentos cotidianos. Me despierta:

  • Recuerdos: compañeros, exámenes, viajes de fin de curso, primeras prácticas laborales.
  • Emociones: comodidad, calma, familiaridad. Llevarla me conecta con una continuidad personal (es “la misma” mochila a través de varias etapas).
  • Valor simbólico: funciona como un «objeto transicional» (como el peluche para un niño) que me da seguridad; además simboliza persistencia y cuidado.

 

    1. Características formales y funcionales y necesidades que satisface

    Características formales visibles:

    • Material textil, tirantes acolchados, cierre por cremallera, bolsillo frontal, logo Adidas visible, asa superior y un compartimento interno (para portátil o cuadernos).
    • Color y desgaste: tono negro.

     

    Funcionalidad:

    • Almacenamiento: múltiples bolsillos para organizar objetos.
    • Ergonomía básica: tirantes para repartir peso sobre la espalda y acolchado para confort.
    • Portabilidad: mochila pequeña de uso diario.

    Necesidad universal que satisface: transporte seguro y cómodo de objetos personales mientras se mantienen las manos libres. Responde a la necesidad humana básica de mover pertenencias con eficiencia, a la vez que protege y organiza.

    Prácticas sociales relacionadas: asistencia al colegio, desplazamientos, viajes, deporte. Es un elemento central en la rutina del estudiante/ciudadano móvil.

    1. Dimensiones culturales y funciones simbólicas del objeto
    2. A) Identidad y pertenencia generacional
    • La mochila como símbolo de la vida estudiantil y juvenil. En muchas culturas contemporáneas, especialmente en entornos urbanos, la mochila se asocia con estudiantes y jóvenes.
    • El logo Adidas añade una capa de identificación de marca: Adidas comunica pertenencia a una estética deportiva/urbana y a una cultura de consumo concreta.
    1. B) Seguridad y objeto transicional
    • Mi experiencia de sentir seguridad al llevar la mochila (incluso vacía) muestra una función psicológica: objetos que actúan como anclas emocionales. Esto es común en la antropología, objetos cotidianos que estructuran la sensación de continuidad personal.
    1. C) Estatus y clase
    • La mochila puede señalar posición económica y cultural, una mochila de marca reconocida implica cierto poder adquisitivo y, en este caso, estética deportiva. Sin embargo, en contextos estudiantiles la diferencia de marcas es menos jerárquica que, por ejemplo, un coche o un reloj.
    1. D) Género
    • La mochila como objeto es relativamente neutral en género, es un objeto utilitario, aunque dependiendo de ciertos estilos (colores, cortes, logos) pueden asociarse más a masculinidades o feminidades.

     

     

    1. E) Materialidad y prácticas de uso
    • Materiales sintéticos que permiten ligereza, impermeabilidad y resistencia, y diseño pensado para movilidad.
    1. F) Ritos y rutinas
    • Hacer la mochila por la mañana, revisar si falta algo, colgarla en la espalda, son acciones repetitivas que encuadran el día y actúan como pequeños rituales que organizan la vida cotidiana.

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  1. César San Matías Franco says:

    ¡Hola, Sergio!

    Me ha parecido curioso y muy interesante que hayas escogido tu mochila para este trabajo. Al fin y al cabo, se trata de un objeto que forma parte de nuestra cultura de manera muy evidente, por lo que me ha parecido un acierto analizar su dimensión cultural. Las mochilas son el resultado de una larga tradición histórica: los seres humanos siempre hemos sentido la necesidad de llevar nuestras pertenencias con nosotros, por lo que la forma de materializar dicha necesidad podría considerarse un reflejo de la sociedad.

    Efectivamente, yo también habría asociado la mochila con la vida estudiantil. Ésta está diseñada precisamente para responder a unas conductas humanas concretas (los estudios) que, a su vez, tienen que ver con la manera en la que las personas tratan de construir su vida en la actualidad. La existencia de la mochila está relacionada con el sistema capitalista que impera en las sociedades occidentales de hoy en día, ya que permite a las personas transportar objetos destinados al estudio o incluso al trabajo. Es por eso que, a la hora de diseñar una mochila, hay que tener en cuenta todas estas realidades cultuales para poder conseguir un resultado adecuado a su contexto.

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La antropología en el diseño

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La vela con olor a chuche de Mr. Wonderful es para mí un objeto ligado al bienestar emocional. Suelo encenderla en momentos…
La vela con olor a chuche de Mr. Wonderful es para mí un objeto ligado al bienestar emocional. Suelo…

La vela con olor a chuche de Mr. Wonderful es para mí un objeto ligado al bienestar emocional. Suelo encenderla en momentos de estrés o cuando necesito crear un ambiente de calma, por lo que se ha convertido en una especie de ritual personal de autocuidado. Su olor me recuerda a un caramelo de leche que adoraba cuándo era pequeña, estando en Japón. Recuerdo que era mi momento preferido del día y es lo más cercano que siento como una especie de hogar. Al olerla me despierta paz, alegría, calma y confort. Representa la importancia del cuidado diario hacia uno mismo y el bienestar mental. Más allá de ser solo un objeto decorativo es un elemento sensorial que contribuye a momentos de calma en medio de la rutina agotadora que tengo. Gracias a ello consigo entrar en un estado más introspectivo y relajado.

En cuánto al diseño, la vela presenta colores rosa pastel combinado con fucsia, tipografía alegre y frases motivacionales impresas en el envase que buscan transmitir optimismo y buen humor. Su recipiente de aluminio es cilíndrico y redondeado, lo que le otorga estabilidad. El color de la cera es suave como vainilla, evocando el imaginario infantil y dulce que remite a las golosinas. Como funciones principales tiene la capacidad de iluminar la estancia, ya que es una fuente natural de luz. Sensorial y ambiental, ya que al encenderla, libera un aroma dulce que impregna el espacio, generando una atmósfera acogedora. Estética y decorativa, funciona como elemento visual que decora y personaliza un rincón de la casa, representando un estilo positivo.

Pieza generalmente cilíndrica o prismática y de cera o parafina, con un pabilo en su eje y que se utiliza para alumbrar. (RAE, 2025)

Las velas se utilizan para amplificar o liberar energía y su presencia incluso sin encender se considera que invita a energía positiva a ocupar el espacio. También se cree que la llama de la vela calma el espíritu y ahuyenta malas vibras. La cera representa la tierra y la llama la conexión con el cielo.  (Alhumo Sacred Smokes, 2022)

La “necesidad universal” a la que responde este objeto es la búsqueda de bienestar y la iluminación de la estancia. Desde un punto de vista antropológico, los humanos han utilizado el fuego y los aromas desde tiempos antiguos para crear ambientes rituales, protegerse simbólicamente o marcar momentos significativos.

En la actualidad, las prácticas sociales relacionadas con las velas aromáticas incluyen rituales de relajación personal, creación de ambientes acogedores en el hogar, decoración interior y prácticas de bienestar contemporáneo como la meditación, los “self-care rituals” o la aromaterapia. Encender una vela puede también formar parte de momentos compartidos como cenas íntimas o celebraciones. Pero en este caso, mi vínculo es principalmente sensorial. La enciendo cuando necesito reducir el estrés, relajarme después de un día largo. Además, apela a valores personales como el cuidado emocional propio y a la construcción de espacios agradables en la vida cotidiana.

Históricamente, las velas eran principalmente utilitarias o rituales religiosos, con decoración y materiales que variaba según la clase social y la cultura. En religiones como el cristianismo, judaísmo o hinduismo, tenían significados simbólicos específicos, mientras que su fabricación dependía de recursos locales: en China se usaba grasa de ballena o mechas de papel de arroz, en India cera de frutos de canela, y en Egipto primitivo mechas sumergidas en grasa animal. Tras la caída del Imperio romano, se popularizó su producción con grasas animales por la escasez de aceite de oliva, adaptándose a necesidades prácticas y rituales de cada época.
La antropología estudia cómo los objetos son usados, apropiados y significados en contextos sociales y culturales presentes, describiendo prácticas, valores y rituales sin intervenir en ellos. El diseño, en cambio, se enfoca en crear soluciones, anticipar necesidades y provocar cambios futuros en la manera en que los humanos interactúan con los objetos. La relación entre ambos campos surge porque el diseño se nutre de la comprensión antropológica para generar productos que respondan a hábitos, emociones y significados culturales. La cultura explica por qué ciertos objetos tienen sentido en un contexto y cómo su significado puede variar según grupo social, edad o historia. Entender la cultura permite al diseño crear objetos útiles, emocionalmente resonantes y adaptados a las prácticas sociales de cada comunidad.

Referencias bibliográficas

Libro: Otto, Ton, Rachel Charlotte Smith, and Mette Gislev Kjærsgaard. Entre hacer y conocer. Seis textos sobre antropología del diseño . Mésico: Molelia, 2021. 0p. ISBN 978607305419

FILMIN: My Stuff, 2013, Petri Luukkainen (dir.)

¿Antropología y diseño? [en línea]. Disponible en: http://blog.antropologia2-0.com/es/antropologia-y-diseno/

RAE (2025) . https://dle.rae.es/vela

Alhumo Sacred Smokes (2022). ¿ De que sirven las velas y cómo usar su magia?. https://alhumosacredsmokes.com/blogs/moonshine-and-magic/de-que-sirven-las-velas-y-como-usar-su-magia?srsltid=AfmBOop-umf7C13AB0bNizDfyPZcr9h0uiNqh1eR-mCea5kG34CkmVVH

decoragloba (2024). Breve acercamiento a la evolución de las velas. https://decoragloba.com/noticia/233/breve-acercamiento-a-la-evolucion-de-las-velas/

agusthina (2024). El significado cultural de las velas en diferentes culturas. https://www.agusthina.mx/blogs/post/velasytradiciones?srsltid=AfmBOoqj9cjKCJBL7dk7BlfJrjlVh97rXSayw0K_h8COgxX8_voWpSMr

 

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Reto 1: Antropología del diseño

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Reto 1: Antropología del diseño

NOKIA 3310 1. Introducción – Vínculo con el objeto. Mi primer teléfono móvil fue un Nokia 3310, y fue a su vez…
NOKIA 3310 1. Introducción – Vínculo con el objeto. Mi primer teléfono móvil fue un Nokia 3310, y fue…

NOKIA 3310

1. Introducción – Vínculo con el objeto.

Mi primer teléfono móvil fue un Nokia 3310, y fue a su vez el primer contacto con una tecnología de comunicación analógica-digital, marcó un antes y un después en cómo entendíamos la comunicación. Pero para mí, al igual que para mi generación, era mucho más que un aparato útil: su significado era el de independencia, avance, novedad, conexión y diversión.

Recuerdo con especial cariño los tonos MIDI que podías descargar,así como los fondos de pantalla sencillos y pixelados de anime y videojuegos. Y por supuesto los minijuegos, como el mítico Snake. Algo que me fascinaba era la customización del móvil, al puro estilo Y2K, con carcasas intercambiables y distintos tipos teclados de goma de colores.

Éste Nokia representaba una etapa de mi vida más sencilla, sin la sobrecarga de estímulos y la dependencia de la dopamina creada por las redes sociales y el exceso de Apps para los teléfonos actuales. Tengo todavía hoy un Nokia 3310 que funciona perfectamente, con una carcasa de Winnie the Pooh. Me gusta pensar que, aunque obsoleto, sigue estando ahí, incluso si quisiera podría usarlo como teléfono habitual (cosa que hago a menudo), y me trae de vuelta directamente a mi pasado. La conexión personal y emocional con el objeto me hace volver al pasado y trae recuerdos nostálgicos y agradables.

2. Características funcionales.

Se trataba de un teléfono compacto, se ajustaba al tamaño de la mano y era un móvil de bolsillo de verdad, bastante ergonómico, con líneas redondeadas y de estructura robusta. Estaba pensado para resistir caídas, tanto así que se le apodaba el “ladrillo” por su naturaleza casi indestructible. Tenía además una batería extraíble de larga duración y componentes fácilmente reemplazables.

La interfaz era sencilla: contaba con una pantalla monocroma, un teclado físico de tipo silicona con botones grandes y espaciados, y con una navegación intuitiva y simple. A nivel funcional, cubría todas las necesidades básicas de comunicación -llamar y enviar mensajes-, pero también tenía elementos recreativos y expresivos: tonos personalizables, carcasas intercambiables y por supuesto juegos. Fueron éstos detalles, además de la novedad que supuso, lo que lo llevaron a convertirse en un símbolo cultural y acabando por trascender su función práctica inicial.

3. Análisis cultural y simbólico.

Visto desde un punto de vista antropológico, relativo al diseño, podemos definir el Nokia 3310 como un objeto cultural que no sólo significó un avance tecnológico para la época sino que marco una transición entre el mundo analógico y el digital. Transformando nuestras prácticas sociales, especialmente en la juventud de la época.

Se lanzó en el año 2000, cuando tener un móvil era sinónimo de autonomía, de pertenencia a una comunidad conectada y de ser considerado “cool”, “guay”. Además con la personalización de carcasas, podías reflejar tu propia identidad. La posibilidad de “hacerlo tuyo” fue parte de su éxito.

Situándonos en Europa o Japón, éste Nokia representó la modernidad accesible a todos en países en desarrollo,convirtiéndose en un emblema de democratización tecnológica. Su diseño incorporaba valores culturales como la fiabilidad, por su duración y robustez, la sencillez por su interfaz, y la accesibilidad por su precio asequible.

Hoy día se ha convertido en un objeto nostálgico, asociado a la llamada “nostalgia digital” y también un objeto “Y2K”, término usado para referirse a la fascinación por la moda, cultura y tecnología de los años 2000. Se asocia también a una época cuando la tecnología era más cercana y menos dependiente, algo que contraste con los smartphone de hoy día.

4. Relación entre diseño y antropología.

El Nokia 3310 probó que los objetos tecnológicos se convertirían en construcciones sociales, que no sólo cumplían con una función práctica, sino que reunían valores, emociones y estilos de vida. El diseño reflejaba los ideales de la época: simplicidad y entretenimiento“casual”, comunicación fácil y directa, durabilidad y asequibilidad tecnológica.

En contraposición a los smartphone actuales, símbolos de lo visual y efímero (por su fragilidad y rápida obsolescencia), el 3310 representaba una conexión más física y sensorial con el objeto, que hoy se ha perdido. El 3310 fue no sólo exitoso sino una manifestación del diseño de la época: práctico, cercano y humano.

5. Conclusión.

Es algo que das por hecho o en lo que no piensas habitualmente, pero analizar este teléfono desde la antropología del diseño me ha hecho ver que los objetos tecnológicos también forman parte de nuestra cultura y de nuestra identidad personal. El Nokia 3310 fue mucho más que un teléfono para mí y para muchas personas de mi generación. Fue el inicio de la era digital desde una perspectiva más sencilla, tangible y social. El diseño de éste objeto está asociado a la función y la emoción, la tecnología y la identidad personal y cultura.

Hoy día sigue sigue habiendo una reminiscencia y una vuelta al estilo Y2K y toda la cultura, moda y tecnología asociada a esos años; quizás se deba a que buscamos no sólo la nostalgia del pasado, sino buscar de nuevo nuestra identidad y volver a nuestra base cultural para recordarnos nuestra vida pasada e intentar recoger partes de ella, las buenas, para volver a aplicarla a nuestro presente.

Thx u Nokia 3310!! (^3^)/ ♥ ………..msg sent successfully.

 


Bibliografía y fuentes consultadas:

Debate2en Reto 1: Antropología del diseño

  1. Maria del Mar Sánchez Romero says:

    ¡Hola!

    Me ha parecido un objeto muy interesante, porque al igual que el que escogí yo lleva asociada una fuerte carga emocional (y simbólica). Creo que es un objeto perfecto porque una gran mayoría de personas (al menos de nuestras generaciones) compartimos este sentimiento entre nostálgico y de sencillez que hemos perdido con el paso del tiempo. No voy a decir que hayamos ido a peor, pero tras leer tu análisis, creo que está claro que podemos reaprender del pasado y traernos de nuevo algunos de los valores que hemos perdido, como esa indestructibilidad de la que hablabas, que ahora a los móviles se les parte la pantalla con mirarlos (-.-).

    Quería añadir que me parece que este teléfono también simboliza una transición muy importante en la forma en la que nos comunicamos, ya que fue el que popularizó las llamadas entre todos y que poco tiempo después todo cambió y dejamos las llamadas para pasar a los mensajes. Fue un punto dulce en el que estábamos mucho más conectados que antes que el Nokia pero no tanto como para desconectar de nuestra vida real.

    Un saludo,

    Mar (UwU)/ ♥

    1. Carol Ferez Cartagena says:

      Gracias por tu comentario Maria ! me alegra haber conectado contigo a través de la elección de mi objeto (^3^)~
      A veces sigo usando el Nokia, sobretodo cuando salgo con gente, así evito distraerme con tanta App y notificación y estoy más presente con la gente y mis alrededores. Ayy volver de nuevo, aunque sea por un ratito, a los tiempos del Nokia 3310 :’)

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MI OBJETO: LA VELA Vinculación personal Desde siempre he sentido una conexión especial con las velas. Me resultan acogedoras, cálidas y evocadoras.…
MI OBJETO: LA VELA Vinculación personal Desde siempre he sentido una conexión especial con las velas. Me resultan acogedoras,…

MI OBJETO: LA VELA

Vinculación personal

Desde siempre he sentido una conexión especial con las velas. Me resultan acogedoras, cálidas y evocadoras. Comencé a usarlas cuando estudiaba, ya que encender una vela transformaba el ambiente de mi habitación: la luz se volvía más suave, el olor más agradable y todo parecía calmarse. Esa sensación de refugio y serenidad se convirtió en una especie de ritual diario. Con el tiempo, las velas pasaron a formar parte de mi espacio de trabajo: ahora que soy freelance y paso muchas horas en casa, encender una vela marca el inicio de mi jornada, creando un entorno tranquilo y concentrado.

Mis favoritas son las velas con mecha de madera, que crepitan como si fueran una pequeña chimenea. Además de su sonido, elijo velas elaboradas con cera de soja, por ser naturales, sostenibles y menos contaminantes que las de parafina. En los últimos años incluso he empezado a hacerlas yo misma, eligiendo los aromas, los recipientes y los colores, lo que añade una dimensión creativa y afectiva al objeto. Cada vela que fabrico es una pequeña extensión de mi personalidad y de mi forma de entender el bienestar cotidiano. Como señala Sennett (2009), el trabajo artesanal refuerza la conexión entre el hacer manual y la identidad personal.

Análisis formal y funcional

Formalmente, la vela es un objeto sencillo: un cuerpo sólido de cera con una mecha central que, al arder, produce luz y calor. Sin embargo, en su aparente simplicidad reúne varios elementos de diseño: forma, material, color, aroma, textura y sonido, todos orientados a generar una experiencia sensorial completa. Su función práctica original era iluminar, pero en la actualidad su valor se ha desplazado hacia lo simbólico y emocional: crea atmósferas, estimula la memoria olfativa, acompaña momentos de intimidad o meditación y aporta identidad al hogar.

La “necesidad universal” que cubre la vela ha pasado de ser la de la luz a la de confort emocional, belleza y bienestar. Tal como señala Miller (2008), los objetos cotidianos no solo satisfacen necesidades prácticas, sino que también configuran nuestra identidad y nuestras emociones dentro del hogar.

Análisis cultural y simbólico

A lo largo de la historia y en distintas culturas, las velas han tenido un papel fundamental como objeto ritual, simbólico y social. Su presencia es universal, aunque con matices según la época y el contexto. Como indica Appadurai (1986), los objetos adquieren significados a través de su circulación social y su uso simbólico, lo que explica por qué una vela puede representar tanto lo sagrado como lo cotidiano.

En el mundo antiguo, ya existían formas de iluminación semejantes: los egipcios y romanos utilizaban antorchas o lámparas de grasa animal. Las velas de cera aparecieron en Europa hacia la Edad Media, asociadas primero al ámbito religioso —iluminando iglesias, procesiones y altares— y luego al doméstico. En el cristianismo, simbolizan la presencia divina y la esperanza; en el hinduismo y el budismo, representan la sabiduría espiritual y la iluminación interior. En México, durante el Día de Muertos, guían a las almas; en Japón, las velas se emplean en rituales de té y ofrendas (ohaka-mairi); y en los países nórdicos, son un elemento esencial del estilo hygge, vinculado al bienestar y al calor del hogar.

En la cultura occidental contemporánea, las velas han adquirido nuevos significados sociales. Se usan en cumpleaños, donde simbolizan los deseos y el paso del tiempo; en bodas y funerales, donde representan la continuidad y la memoria; en rituales espirituales o esotéricos, para canalizar intenciones o energías; en espacios de relajación como spas o centros de yoga, asociadas a la calma y la conexión interior; y en el ámbito doméstico, como elemento decorativo y sensorial.

Hoy, encender una vela puede ser un acto de autocuidado o introspección, adaptado a nuevas prácticas sociales como el mindfulness o el slow living, reflejando valores contemporáneos de calma y sostenibilidad. Desde la perspectiva de la cultura material, los objetos encarnan las creencias y sensibilidades de quienes los producen y utilizan (Prown, 1982), de modo que la vela expresa tanto una búsqueda espiritual como un ideal estético y emocional propio de nuestro tiempo.

Por otro lado, hacer mis propias velas se inscribe dentro de una tendencia cultural más amplia: el movimiento “hazlo tú mismo” (DIY), que reivindica la creatividad manual frente a la producción industrial. Así, la vela encarna tanto una función simbólica (refugio, calma, espiritualidad) como una dimensión cultural que habla de los modos de vida actuales y de los valores de una generación que busca belleza y equilibrio en lo cotidiano.

Diseño y antropología: una reflexión

La relación entre diseño y antropología se hace evidente en objetos como la vela, donde la forma y la función se entrelazan con los significados culturales. La antropología nos ayuda a comprender que el diseño no solo produce objetos útiles, sino también símbolos cargados de identidad, memoria y emoción colectiva (Baudrillard, 2009). La vela, en sus distintas versiones históricas y culturales, es un claro ejemplo de cómo un mismo objeto puede adoptar múltiples sentidos simbólicos según el contexto.

Desde la mirada del diseño, la vela ha evolucionado adaptándose a los modos de vida y sensibilidades de cada época: de herramienta de iluminación a objeto decorativo, espiritual o terapéutico. Esta capacidad de transformación demuestra cómo el diseño se nutre de la cultura, y cómo la cultura se materializa en los objetos (Attfield, 2000; UOC, 2024).

Conclusión

Mi vínculo con las velas trasciende su aspecto estético o funcional. Representan un acto cotidiano de cuidado y conexión personal, un pequeño gesto que transforma el entorno y el estado de ánimo. Al analizarlas desde la antropología del diseño, comprendo que este objeto no solo habla de mí, sino también de mi tiempo y mi cultura: de una generación que busca calma, sostenibilidad y belleza en lo cotidiano. La vela, es testimonio de cómo el diseño puede iluminar no solo espacios, sino también significados.

Bibliografía (formato APA 7ª edición)

Appadurai, A. (1986). The Social Life of Things: Commodities in Cultural Perspective. Cambridge University Press.

Attfield, J. (2000). Wild Things: The Material Culture of Everyday Life. Berg Publishers.

Baudrillard, J. (2009). El sistema de los objetos. Siglo XXI Editores.

Csikszentmihalyi, M., & Rochberg-Halton, E. (1981). The Meaning of Things: Domestic Symbols and the Self. Cambridge University Press.

Miller, D. (2008). The Comfort of Things. Polity Press.

Prown, J. D. (1982). Mind in Matter: An Introduction to Material Culture Theory and Method. Winterthur Portfolio, 17(1), 1–19

Sennett, R. (2009). El artesano. Anagrama.

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Te encuentras en el Ágora de la asignatura. En este espacio se recogerán todas las publicaciones relacionadas con las actividades que hagan los compañeros y compañeras del aula a lo largo del semestre.

El Ágora es un espacio de debate en el que estudiantes y docentes pueden ver, compartir y comentar los proyectos y las tareas de la asignatura.

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¡Esperamos que esta Ágora sea un espacio de debate enriquecedor para todos y todas!

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